POR ESO, NO HAY QUE DECIR MENTIRAS.
Mi esposa y yo estábamos listos para irnos a la fiesta de Año Nuevo. Prendí la lucecita de noche y la contestadora. Tapé la jaula del perico y saqué la gata al patio.
Pedí un taxi al sitio más cercano y rápido llegó. Al abrir la puerta de la casa para salir, la gata que estaba en el patio, se metió como bólido.
No la queremos allí porque siempre trata de comerse al periquito.
Regresé a la casa a atrapar al gato, que se sube rapidísimo las escaleras y lo tengo que perseguir.
Mientras tanto, mi esposa se sienta en el taxi.
Como no quiere que el taxista sepa que no habrá nadie en la casa durante toda la noche, le dice al chofer:
“Mi marido viene enseguida, subió nada más a despedirse de mi mamá”
Unos minutos después, me meto al taxi.
Como no quiere que el taxista sepa que no habrá nadie en la casa durante toda la noche, le dice al chofer:
“Mi marido viene enseguida, subió nada más a despedirse de mi mamá”
Unos minutos después, me meto al taxi.
“Perdón por la tardanza” dije mientras el taxi arrancaba.
“La muy estúpida estaba escondida debajo de la cama. La tuve que picar con un gancho de ropa para que se saliera.
“La muy estúpida estaba escondida debajo de la cama. La tuve que picar con un gancho de ropa para que se saliera.
Trató de escapar, pero la agarre por el cuello y la tuve que envolver con una cobija porque la desgraciada me quería rasguñar.
Pero funciono ¡La arrastré de nalgas por todas las escaleras y la aventé al patio!”
Los ojos de mi mujer estaban desmesuradamente abiertos y el taxista.....
Los ojos de mi mujer estaban desmesuradamente abiertos y el taxista.....
¡ chocó contra un carro que estaba estacionado !".
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