ADIVINA ADIVINADOR.
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Cinco hermanos muy unidos que no se pueden mirar,
cuando riñen aunque quieras no los puedes separar.
Los dedos.
De la mar salio mi nombre y tan desgraciada nací que huyendo de mi desgracia contra una garita di.
la margarita.
Unas son redondas,
otras ovaladas,
unas piensan mucho,
otras casi nada.
la cabeza.
Negra por dentro,
negra por fuera,
es mi corazón negra madera.
la aceituna.
Ave soy, pero no vuelo;
mi nombre es cosa muy llana:
soy una simple serrana,
hija de un hijo del suelo.
la avellana.
Blanco soy como la nieve,
me sacan de una caña,
y aunque soy del otro mundo,
ahora ya nazco en España.
El Azucar.
"Dos fuentes muy cristalinas están en medio de un llano y cuando las fuentes manan no está muy contento el amo".
Los Ojos.
Tengo duro cascarón,
pulpa blanca y líquido dulce en mi interior.
El Coco.
Soy redonda como el mundo al morir me despedazan, me reducen a pellejo y todo el jugo me sacan.
La Uva.
Soy la flor del indeciso y del adivinador,
todos me arrancan los pétalos:
sí, no.
si, no,
si, no.
La margarita.
Como la piedra son duros;
para el perro un buen manjar y sin ellos no podrías ni saltar ni caminar.
Los huesos.
Vence al tigre y al león,
vence al toro más bravío.
Vence a señores y reyes,
y a todos deja vencidos.
El sueño.
Vive en la panza y se enseña en ciertas danzas.
El ombligo.
Solo tres letras tengo pero tu peso yo sostengo.
Si me tratas con cuidado,
te llevare a cualquier lado.
el pie.
Soy un viejo arrugadito que si me echan al agua me pongo gordito.
el garbanzo.
Con el pelo rojo,
la cara amarilla y llena de granos,
soy rico alimento si estoy cocinando.
el maíz.
Blanca soy y,
como dice mi vecina,
útil siempre soy en la cocina.
la harina.
"Una cajita chiquita, blanca como la cal:
todos la saben abrir,
nadie la sabe cerrar.
el huevo.
Lentes chiquitas,
jovenes o viejas:
si quieres nos tomas y si no nos dejas.
las lentejas.
"Si la dejamos se pasa;
Si la vendemos se pesa;
Si se hace vino se pisa;
Si la dejamos se posa.
la uva.
Me abrigo con paños blancos luzco blanca cabellera y por causa mía llora,
hasta la misma cocinera.
La cebolla.
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